TOMATE

LYCOPERSICUM ESCULENTUM

Pertenecen a la familia de las solanáceas. Planta perenne. Es una de las hortalizas más cultivadas de los huertos junto con el pimiento. Sus flores con 5 o más sépalos y de igual número de pétalos en color amarillo y dispuestos en forma helicoide y unida al eje floral por medio de un pedicelo articulado. Las hojas son compuestas y de bordes dentadas, de siete a nueve foliolos. Los tallos de hasta 4 centímetros de grosor en el que se desarrollan otros secundarios a la vez que inflorescencias. Su sistema radicular es muy grande y de alto rendimiento. La raíz principal es corta y débil siendo las secundarias muy numerosas y potentes. Cuenta también con raíces adventicias.

El riego por lo general debe ser frecuente, especialmente en las plantas jóvenes, evitando el secamiento de la tierra. Evitar el estrés hídrico.

Sembrar de febrero a diciembre. Recolectar de julio a octubre. Trasplantar de marzo a diciembre.

Las tomateras hay que podarlas, dejando sólo un par de brotes por planta. A los 15-20 días del trasplante eliminar los tallos laterales nuevos, con ello obtendremos mejor crecimiento y más temprano. Desojar para facilitar la oxigenación. Despunte de las inflorescencias, lo que conseguimos aumentar el tamaño de las que dejamos. Eliminar brotes axilares para facilitar mayor crecimiento de los tallos principales. Aclareo de los frutos, aumenta el tamaño de los que dejamos.

A los dos meses de la siembra se comenzará a tener tomates y continuará el proceso mientras la planta tenga nutrientes o hasta la llegada del frío. La recolección del tomate es escalonada y larga. Cosecharemos a las 10-12 semanas después de la siembra. Podemos ir cosechando a medida que los necesitemos. Antes que aparezcan las heladas (si es el caso) recogeremos los que estén verdes y los colocaremos sobre paja para que maduren.